Era una tarde de verano bajo el sol de la costa. Mis pies rozaban la arena dorada, y la brisa
marina recorría mi piel. ¿Conocéis esa sensación que te invade cuando sabes que nadie te
espera? ¿Que no llegas tarde a ningún sitio? ¿Que no hay tiempo ni reloj que marque los
minutos?
Solo tú en paz, en calma.
marina recorría mi piel. ¿Conocéis esa sensación que te invade cuando sabes que nadie te
espera? ¿Que no llegas tarde a ningún sitio? ¿Que no hay tiempo ni reloj que marque los
minutos?
Solo tú en paz, en calma.
Poco a poco la brisa se convierte en un viento huracanado más que desagradable. La arena
ahora es el enemigo que te ciega, los objetos vuelan, la gente desaparece y yo...
ahora es el enemigo que te ciega, los objetos vuelan, la gente desaparece y yo...
Es de noche.
No veo.
Ando, pero no sé por dónde. Más bien corro.
Tropiezo.
No veo.
Ando, pero no sé por dónde. Más bien corro.
Tropiezo.
Comentarios
Publicar un comentario